Además de mis hijos biológicos Óscar y Alejandro, que viven en Estocolmo, tengo otros hijos espirituales. El que más me preocupa es Antonio, sacó un 10 de media en sus estudios y daba gusto darle clase, era la excelencia personificada. Gracias a ello ha conseguido, desde entonces, trabajar como esclavo más de 12 horas al día en Loewe, Purificación García, Carolina Herrera… En fin, la moda, después de la corrupción, el mejor negocio de España.
Además de mi padre biológico que por desgracia ya no está, el destino me ha dado la oportunidad de que Pacheco ejerza de Pater con un cariño digno de mejor causa. Miguel y Marcela, gracias, por esto y por todo.
Vuestro hijo.